El sábado 19
nos reunimos unas cuantas familias para compartir un rato del fin de semana,
poniendo a Dios como protagonista.
Un
protagonista muy especial porque justo al día siguiente celebramos que Cristo
es el Rey del universo, así que poder contar en nuestra reunión con nada más y
nada menos que con el Rey, es un privilegio que Dios nos concede y hace posible
gracias al Espíritu Santo.
El tiempo
inicial de la reunión fue un tiempo en el que unimos nuestros corazones para,
con nuestras voces y nuestros cuerpos, alabar a aquél que nos dio la vida y al
que debemos alabar y bendecir sin descanso.
Y como siempre, Él responde al clamor de sus hijos con
su Palabra.
Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad.
Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.
Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era
de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle,
pues iba a pasar por allí.
Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo,
baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.»
Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.
Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un
hombre pecador.»
Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis
bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el
cuádruplo.»
Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también
éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo
que estaba perdido.» (Lc 19, 1-10)
Acogimos su Palabra dándonos cuenta de que Dios no tiene en cuenta nuestro pecado para abrirnos sus brazos misericordiosos y que lo único que nos pide es un pequeño esfuerzo de reconocernos necesitados de Él.
¡Ven Señor!, te
abrimos las puertas de nuestras casas.
Finalizando
la oración, tuvimos la suerte de escuchar dos testimonios.
Marta
y Pablo nos contaron cómo han ido viendo actuar al Señor en su familia, después
de haber rezado por ellos en el Encuentro de verano. Han visto cómo el Señor ha
ido ordenando poco a poco todas aquellas inquietudes a las que se enfrentaban
al comienzo del nuevo curso ; de modo que hoy viven en paz alegres de ver
actuar al Señor y experimentando el poder de la oración de los hermanos.
El
segundo testimonio fue el de Inma y Miguel, cofundadores del grupo Fiat, que
viven en Galicia desde hace muchos años.
Nos contaron
cómo en medio del caos, el Señor se sirvió del primer Encuentro de Familias
Invencibles en Allariz (agosto del año 2001) para recordarles todo lo que había
hecho por ellos en tiempos pasados y que quería ser acogido de nuevo en su
familia. El Señor no les pidió nada especial: a Inma ser esposa y madre y a
Miguel ser esposo y padre. Después de todos estos años, la familia de Inma y
Miguel ha sido renovada y dan testimonio con su vida de que Dios está vivo y
que es el Rey de sus vidas y de su familia.
Los mayores
compartimos la segunda catequesis del Papa que trató sobre “LAS MADRES”.
Nos ayudaron Ana y Fernando a reflexionar sobre el
papel de las madres en la familia. Vimos cómo en muchas ocasiones, en nuestras
propias casas, la madre no es valorada y lo que es peor, escuchada.
Quisimos
también reflexionar sobre la Iglesia como Madre nuestra, si la sentimos así, y
si creemos que es suficientemente acogedora para tantas personas que hoy están
alejadas de la Iglesia.Acabamos con un ejercicio muy bonito en el que se nos invitó a apartarnos con nuestras esposas y esposos y hacer una pequeña oración juntos para presentar a Dios esos 10 minutos en el que el marido tenía que decir a la esposa lo que valoraba de ella como madre de familia.
Damos una bienvenida muy especial a la familia de Cecilia y José que ayer vinieron por primera vez a nuestras reuniones.
🎵 🎷🎸BIENVENIDOS 🎸🎷🎵
¡BENDITO SEA DIOS!
Terminamos
compartiendo la cena en la que triunfó el poste de queso que Antonio, experto
en estas artes, nos ofreció con todo cariño. Animamos al resto de familias a
que se esmeren y traten de superarlo.
¡BENDITO SEA DIOS!
Me parece una buena idea como acaba este resumen tan acertado de nuestros hermanos.
ResponderEliminarhagamos un concurso de postres caseros hechos con amor.
Gracias por vuestra colaboración.
Fue una gran alegría compartir con vosotros ayer. Vivimos un reencuentro maravilloso. Oramos para que Dios siga bendiciendo a nuestras familias y que nosotros nos abramos a sus bendiciones.
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