BIENVENIDOS

TODAS LAS FAMILIAS FIAT OS DAMOS LA BIENVENIDA A LOS QUE ACCEDÉIS POR PRIMERA VEZ A ESTE BLOG.

InfoFiat Nº 24

Septiembre 2010
Iniciamos la primera reunión de este curso 2010-2011 con una Eucaristía de acción de gracias por las vacaciones que habíamos disfrutado y presentando a Dios esta fraternidad de Fiat en este nuevo curso.
P1020621_bis Esta fraternidad que el Señor ha ido modelando poco a poco con su infinita misericordia y fidelidad a nosotros, sus hijos queridos. Este don de Dios recibido gratuitamente y que llevamos en vasijas de barro.
P1020616 P1020626 P1020617
- Señor, no soy digno, pero me abro a tu voluntad para que tu plan se cumpla en mí. -
En esta primera reunión el Señor nos regaló la presencia de Jose y de Elena (Comunidad Caná) que vinieron desde Galicia. A través de ellos, el Señor nos proponía:
¡SAL DE TU TIERRA!
“Yahvé dijo a Abrán: «Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición.” (Gn 12, 1-2)
¿Qué nos estaba queriendo decir el Señor con esto?, ...... ¿sal?, ¿deja? ......
“Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo. Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.” (Ez 36, 24-28)
Jose nos daba luz sobre estas Palabras que Dios nos dice. Al comienzo del curso (Fiat, estudios, trabajos, parroquias...) Dios quiere de nosotros una actitud abierta y predispuesta a hacer su voluntad. Sin embargo, caemos en la tentación de volver a las rutinas que nosotros mismos hemos establecido en nuestras casas. Nos apetece volver a estar cómodos, sin interrogarnos nada, pasando los días, haciendo lo que tenemos que hacer esperando que todo nos vaya bien y esperando a que lleguen otras “¿merecidas?” vacaciones. ¿Y por qué esperamos tanto?
¿Espero con esperanza, y por tanto, soy una persona activa, a la escucha, para que eso que espero suceda?, o ¿espero como el que espera el autobús, sin hacer nada,... ya vendrá?
P1020633_b
Alcanzar la plenitud que Dios nos ofrece, tiene mucho que ver con ponerse en camino, con dejar, con salir de nuestra tierra, de nuestras cosas.
De manera que lo primero que tenemos que hacer es ESCUCHAR, tenemos que tener esa actitud para poder escuchar a Dios y esa escucha exige un silencio activo. Si no paro de hablar, no puedo escuchar.
Señor, ¿qué quieres de mí, de mi familia para este nuevo curso que iniciamos?
No te preocupes si al escuchar a Dios surgen en tu interior PREOCUPACIONES y TURBACIONES. Es lógico, cuando el Señor llama, te desacomoda, te quita tus “seguridades”, forma parte de su plan.
P1020632 P1020631 P1020623
Cuando te parece haber recibido una llamada, una respuesta de Dios, DISCIERNE. Ese discernimiento es fundamental para descubrir cuánto hay de Dios y cuánto hay de tí. Ora, pídele a Dios su luz. Ora también con tu familia, con tu Comunidad, con aquellas personas que tienen el don de discernimiento y que te conocen.
Después, PÓNTE EN CAMINO en la CONFIANZA de que estás en manos de Dios y, por tanto, Él te sostiene y te da las fuerzas necesarias para caminar.
Recuerda que EL CAMINO TRANSCURRE EN EL TIEMPO. Un cristiano no puede pensar: ¡ya he llegado!
Dios nos instruye a lo largo de nuestro caminar. La vida no permanece siempre en el mismo sitio.
Nos recordaban unas palabras de Monseñor Munilla que comentaba en una ocasión: Dios es más Dios cuando recrea que cuando crea.
Pues ayudemos a Dios a que nos pueda “recrear” en la certeza de que nuestro camino se apoya en la promesa de fidelidad de nuestro Dios (“...estaré con vosotros hasta el final de vuestros días” -Mt 28, 20b-) y que ese camino dura toda la vida.
AMÉN