FAMILIAS EVANGELIZADORAS
El sábado, día 7, fuimos invitados por el Colegio Trinity College de San Sebastián de los Reyes en Madrid a participar como animadores en una convivencia a la que iban a asistir 105 niños que este año van a hacer su primera Comunión en el Colegio. También asistían sus familiares y para el Colegio era un evento muy importante pues es la primera vez en la corta historia del Colegio que se celebran primeras Comuniones.
Coincidía que ese mismo día teníamos nuestra reunión mensual y entendimos que esta invitación era una invitación que se hacía extensiva a todo el grupo y que el Señor nos llamaba a evangelizar.
Para Fiat, este evento era también muy importante pues era la primera vez que, como grupo, salía de sus habituales reuniones a evangelizar.
Asistieron unas 150 personas, en su gran mayoría chavales, y fue una experiencia muy gratificante para todas las familias Fiat que allí estuvimos.
Comenzamos con unos cantos de alabanza invitando a todo el mundo a que participara. Saltábamos, bailábamos, incluso se improvisó un tren que subía y bajaba del escenario.
Después comenzamos unas cortas enseñanzas y testimonios.
Primero hablamos de lo importante que es para un cristiano estar atento a lo que Dios quiere de nosotros, a escuchar su llamada.
Una vez que hemos escuchado su llamada, Dios nos pide fidelidad.
Pero no nos llama a vivir la fe de manera aislada. Somos familias y, por lo tanto, nuestra primera llamada es a vivir la fe en nuestra familia. Sabemos que hoy existen demasiadas “distracciones” en el mundo que nos desvían del camino de fe que queremos seguir.
En la familia se encuentran diferentes tesoros que son regalos que Dios nos hace para fortalecerla. A veces, estos tesoros están ocultos y no los vemos. Por eso es bueno recordarlos.
Hablamos de que somos hijos únicos e irrepetibles de Dios y que Él nos concede la familia como un espacio privilegiado en el que podemos vivir y desde el que podemos transmitir nuestra fe.
Recordamos la importancia de practicar la reconciliación, el perdón. Es normal que en el ámbito de la familia se den situaciones de peleas e incomprensiones porque es donde más tiempo pasamos juntos y donde nos podemos manifestar tal y como somos, sin caretas.
También hablamos del maravilloso don de la vida donde se manifiesta en toda su plenitud dentro de la familia.
Aconsejamos a los niños y a los padres que practiquen la oración familiar en sus diversas formas: oración espontánea, de petición, de acción de gracias, rezo del rosario, lectura de la Biblia... La oración es una imprescindible vitamina para la buena salud de la familia.
Debemos de reservar momentos para el diálogo, pues la comunicación nos ayudará a conocernos y a entender nuestras diferencias.
También hablamos del amor que se vive en la familia y lo bonito que es sentirnos queridos no por lo que tenemos o aportamos a la familia sino por lo que somos.
Otra cosa muy importante es la esperanza. Frente a cualquier situación que se viva en la familia, cuando las cosas no vayan como nosotros queremos, no podemos abatirnos. Tenemos a nuestro lado a Aquél que nos quiere con un amor infinito y que todo lo puede. La tristeza y el decaimiento no son precisamente signos de un cristiano.
Hicimos una dinámica muy bonita: la dinámica de las piedras en la que explicamos cómo a veces llenamos nuestra vida de cosas superfluas que nos impiden vivir realmente una vida plena y feliz. Algunos niños subieron al escenario y estuvieron muy atentos.
Después hubo un tiempo de descanso, merendamos y comenzó la Eucaristía.
El P. Carlos dedicó la homilía a los pequeños y les habló de unos niños que se disponían a correr en una carrera, pero tenían un dilema. Sólo podían correr en una y podían elegir entre una carrera llamada “del mundo” que les iba a llenar de muchas cosas, de dinero, de poder y otra carrera que era la del “amor” en la que iban a descubrir a muchos amigos y les llevaría a descubrir a Dios.
Damos muchas gracias a Dios por la oportunidad que nos brinda para ser sus testigos y porque con ello nuestra fe se ve fortalecida.
¡BENDITO SEA DIOS!
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