En enero las familias de FIAT comprobamos que Jesús tiene unos rostros concretos para nosotros.
Comenzamos la tarde con una alabanza ruidosa, con más guitarras, con más panderetas,…,alegre y ungida. El Señor nos regaló una Palabra en la que “llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos dándoles autoridad”. ¡Ojo al dato! sabemos sus nombres y el apellido de algunos. A nosotros también nos llama por nuestro nombre.
Inmaculada Moreno nos presentó cómo Jesús se hace cercano a nosotros a través de los hermanos. Las primeras comunidades en Hechos de los Apóstoles tienen muchas semejanzas con la familia de Familias Invencibles. ¡Quién iba a decir que la Iglesia de hoy tiene tanto que ver con la comunidad de Jerusalén, Antioquía y Corinto! Y nos mostró cómo la Iglesia en sus rostros concretos hace visible a Cristo: desde el tímido Felipe, el juicioso Bernabé, hasta el apasionado Pablo. Todos y cada uno reflejamos al Señor si vivimos con Él.
Recibimos la “visita” de San Pedro y San Pablo. Fue muy divertida, nos enseñó a identificarlos con sus semejanzas y diferencias. Nosotros también tenemos cualidades que nos hacen únicos y que nos hermanan.
Cuando Letty preguntó a todos qué tienen en común Pedro y Pablo respondió con claridad la Virgen María, caracterizada por nuestra querida María López: ¡lo que tienen en común es JESÚS! Verdaderamente todos nosotros reflejamos el rostro de Jesús que necesitamos y que necesita el mundo.
La familia Alarcón, Marta, Pablo y Samuel, dieron un testimonio de cómo encuentran a Jesucristo en Familias Invencibles. Las familias, y cada una de las personas, somos para ellos rostros concretos de Jesús. Y nos mostraron ejemplos tan tiernos y claros que nos emocionaron. Además, cualquiera de nosotros podemos afirmar que las familias que conocemos en esta bella fraternidad, sueño de Dios, son rostros concretos que Dios mismo nos regala para que vivamos en Su Presencia.
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