COMENZAMOS EL CURSO
Como decía el P. Joaquín, comenzamos como Dios manda y por eso lo hacemos con una Eucaristía. Lo hacemos al principio y al final de curso porque queremos que la Eucaristía abrace todo lo que hagamos.
En la Eucaristía, Cristo se hace realmente presente y eso es lo que principalmente celebramos en cada reunión de Fiat: que Cristo está vivo y que permanece fiel en medio de nosotros.
Necesitamos la Eucaristía porque es el sacramento de la unidad pues quienes reciben el Cuerpo de Cristo se unen entre sí en un solo cuerpo que es La Iglesia. De esta manera, unidas todas las familias y sintiéndonos Pueblo de Dios, hemos querido comenzar este curso.
El Evangelio, (Mt 21, 28-32), narraba la parábola de los dos hijos. ¿Con cuál de ellos nos identificamos?
Aunque nos cueste reconocerlo, muchas actitudes de nuestra vida se parecen a la del segundo hijo. Nos reconocemos cristianos, incluso practicantes, reconocemos y proclamamos a Jesús como nuestro Señor, pero luego nuestras obras no responden a la llamada que Dios nos hace. A esto se le llama ser tibios y la tibieza es un pecado frecuente del cristiano.
El Señor nos pone delante un espejo para que nos veamos y rectifiquemos, como hace el primer hijo en la parábola.
Durante este curso, vamos a trabajar las catequesis preparatorias para el VII Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en Milán del 30 de mayo al 3 de junio de 2012.
Estas catequesis han sido preparadas por el Consejo Pontificio para la Familia y la Archidiócesis de Milán y responden a la llamada que el Papa Benedicto XVI hace a todas las familias en la convocatoria al Encuentro.
Pedimos a Dios que nos ayude a preparar nuestros corazones y a nuestras familias para acoger todos los dones que nos quiere regalar y, así fortalecidos, seamos testigos para el mundo de que Dios vive y nos ama misericordiosamente.
AMÉN
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